viernes, 1 de octubre de 2010

La muerte, espejo de la historia *

 
Cementerio de Luarca (Asturias)

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MUERTE E IDEOLOGÍA EN LA ASTURIAS DEL SIGLO XIX
Julio Antonio Vaquero Iglesias
Ed. Siglo Veintiuno. Madrid. 1991
418 Págs.
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Jesús Mella
Ocurre cada vez con más frecuencia que el título de los libros no se corresponde con su contenido. En algunos casos, porque los títulos  -por pretenciosos-  abarcan un campo más amplio que el que realmente luego trata la obra; en otros, porque el autor, más preocupado por encontrar uno sugerente que atraiga al lector que por la precisión, no traduce en él la esencia de su escrito. No es éste el caso del libro que nos ocupa. Muerte e ideología en la Asturias del siglo XIX es un título que expresa con bastante exactitud la tesis central que se desarrolla en sus páginas; pero lo cierto es que esa justeza enmascara también la gran riqueza de datos e interpretaciones que contiene esta obra sobre aspectos generales de la historia social de la Asturias del XIX. Como se demuestra en el libro, la muerte es, sin duda en ese siglo, un gran espejo en el que se reflejan algunos de los más importantes elementos del proceso histórico.
Las actitudes colectivas ante la muerte han sido  -son todavía-  uno de los objetos de estudio a los que mayor atención se ha prestado por la historia de las mentalidades desde que en los años setenta en Francia empezó a desarrollarse dicha tendencia historiográfica. Michel Vovelle, con su Piedad barroca y descristianización en Provenza durante el siglo XVIII (1973), no sólo fue el pionero en el análisis histórico de las actitudes Ante la muerte  -aunque ya existía un precedente de gran calidad en esa clase de estudio, como era la obra de Tenenti-  sino que además fue el diseñador de una metodología para su investigación a partir de los testamentos, la cual sigue hoy teniendo continuadores en la historiografía española y europea.
Sin embargo, los planteamientos desde los que el mencionado historiador francés abordó el análisis de las actitudes ante la muerte, y aún más aquellos con que se trataron los otros objetos de conocimiento histórico que estudió la historia de las mentalidades, fueron acogidos con una actitud crítica por numerosos historiadores. La falta de fundamentación teórica clara, de la que adolecían los trabajos de investigación sobre mentalidades, impedía la integración de sus hallazgos dentro de la totalidad del proceso histórico y convertía a muchos de ellos en estudios sobre temas irrelevantes o, todo lo más, en análisis descriptivos que, para algunos de esos críticos, hacían de la historia de las mentalidades una historia light que ocultaba las estructuras de dominación y subordinación y los fundamentos de la conflictividad social que tales relaciones originan.
Es en ese contexto historiográfico en el que debe situarse y valorarse la obra que comentamos. Vaquero Iglesias deja a un lado la óptica vovelliana para centrarse en el análisis de las implicaciones ideológicas del discurso eclesial sobre la muerte, así como los usos concretos que en el siglo pasado se hizo del mismo desde los púlpitos asturianos, y pasa a establecer después cuál fue la recepción que en los diferentes medios sociales de la región se hizo de ese discurso, reconstruyendo a través de los datos de los testamentos y otras fuentes variadas su práctica ritual funeraria. El proceso de instalación de los cementerios en Asturias, los conflictos surgidos en la segunda mitad del siglo con motivo del establecimiento de los cementerios civiles y el análisis del contenido y uso del discurso y el gesto de la caridad tradicional como elemento básico de las concepción de la muerte son otros de los asuntos que se tratan en esa obra.
El resultado del análisis de todos estos temas es un cuadro complejo y muy matizado, del que sólo podemos referir aquí algunos aspectos.
El discurso eclesial sobre la muerte, polarizado sobre el momento de la muerte y el más allá, constituye un componente esencial de la visión del mundo del catolicismo tradicional y la Iglesia le atribuye además una eficacia pastoral de primer orden como instrumento movilizador de las conciencias y las conductas de los fieles, lo que le confiere una virtualidad ideológica. Además, ese discurso genera  -cuando la recepción del mismo es positiva, como ocurría en el antiguo régimen-  una demanda de un profuso ritual funerario con el que se pretende buscar efectos intercesores para la hora de la muerte y sufragantes cara a las terribles penas de ese “infierno a tiempo parcial”  -como le denomina el autor con una chispa de humor-  que se entendía era el Purgatorio, y a través del cual  -del ritual-  se expresan también las diferencias de rango y prestigio social.
Vaquero Iglesias, a partir de esas premisas, demuestra consistentemente que a lo largo del siglo XIX el contenido de ese discurso sobre la muerte apenas varía, pero que su uso pastoral es ya más complejo, utilizándose primordialmente en combatir el liberalismo. El análisis de los usos concretos que se hacen de ese discurso permite al autor trazar a grandes rasgos cómo se vivió por la iglesia asturiana ese enfrentamiento y ese estudio constituye, sin duda, una de las aportaciones de gran interés de esta obra.
Por otra parte, el análisis de los elementos rituales demandados por los testadores le permite concluir que la recepción del discurso eclesial sobre la muerte ya no es unánime en el medio social asturiano y que, por tanto, entre las capas urbanas ligadas al comercio y las profesiones liberales en las cuales ya no es de recibo, la eficacia ideológica del mismo deja de ser importante. Pero esa recepción sigue siendo positiva de manera dominante en los medios campesinos de la región.
Las páginas que se dedican a estudiar  -a la luz de los datos aportados por los testamentos-  las noticias sobre el ritual y las creencias sobre la muerte aportan las obras de los folcloristas y la literatura popular son de gran interés y saben a poco. Quizás debería habérseles dedicado mayor extensión por la novedad que supone su análisis.
La recepción ambigua que en eso medios campesinos se hace del discurso eclesial sobre la muerte se demuestra convincentemente por el autor. Con el discurso eclesial aparecen entremezclados  elementos de otras creencias sobre la muerte  -como la muerte-renacimiento y los muertos dobles-  que no son,  como creían los folcloristas del siglo pasado, vestigios residuales sino elementos rituales activos que ejercen en la comunidad campesina funciones sociales de gran importancia para su estabilidad y funcionamiento correcto, y que desbordan lo que es el objeto principal de este libro: el análisis de la función ideológica del discurso y ritual funerario.

El entierro (Nicanor Piñole)
En resumen, Muerte e ideología en la Asturias del siglo XIX es un trabajo sólido, escrito por un investigador maduro, que merece no sólo ocupar un lugar destacado en la historiografía regional, sino el que sea conocido por todos los historiadores e interesados en este tema por la novedad metodológica que aporta.

* Publicado en el suplemento CULTURA (nº 138) de La Nueva España (Oviedo), 27 de septiembre de 1991, p. 39.

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